El Columnista Invitado

Buenas, nos sentimos orgullosos de poder presentarles el trabajo de un columnista invitado. Saluden cariñosamente a "El Bardo".

Por El Bardo

Ya termina la época estival más larga de mi vida y, curiosamente, una de las más cargadas de eventos de los últimos años: desde una niña gigante buscando a un rinoceronte por toda la ciudad hasta la fallida puesta en marcha del Transantiago, pasando por tres festivales televisados (del Huaso, de la Serena, y de Viña), un incendio de grandes dimensiones en el casco histórico de Valparaíso, patrimonio de la humanidad, entre muchas otras cosas.

Lamentablemente lo único que he logrado extraer de todo lo anteriormente mencionado es sólo una cosa: Chile es un país de Pan y Circo.

Es cosa de ver como la dichosa Pequeña Gigante conmocionó a la gente que normalmente dice “no estar ni ahí” con la cultura. Se puede ver también en la programación de TV en semana festivalera: todos los canales con programas de farándula a todas horas, con muchos errores de coordinación entre los panelistas, tirando mierda a todos lados y contándonos como otro ídolo del Reggeaton hizo bailar a la Quinta.

¿Y qué es lo que provoca esto en la gente?... Provoca que la gente se idiotice, se quede horas de horas pegada frente a la pantalla o se alegre al ver a un Rinoceronte echando baba por la boca mientras –como la gente en sus casas- se encuentra enjaulado sin poder hacer nada. Por suerte el gobierno y los medios de comunicación no pueden mantener a la gente idiotizada por siempre, y gracias a la “pequeña” contribución del Transantiago y el incendio en Valparaíso la gente despertó y comenzó a patalear por las desdicha que estos les provocaban (si, ambos son hechos trágicos pero ambos se pudieron haber evitado si las autoridades hubieran sido un poco más competentes).

Pero por desgracia y para que la situación empeore: Los chilenos nunca hacen las cosas a tiempo, y las colas para conseguir la Bip! o los operativos para el escape de gas llegaron más tarde que temprano y solo consiguieron complicar más las cosas (o simplemente por no aparecer a tiempo provocaron un gran y evitable desastre)

Parece ser que estas Vacaciones solo sacaron a flote al principal enemigo de los chilenos, que, como ya mencionó Cristián Warnken en una editorial de Emol.com, no es el mal sino la Tontera.